Agustín Galo Samario / SomosMass99
San Luis de la Paz, Gto. / Domingo 15 de febrero de 2015
En este municipio hay actualmente diez mil personas enfermas o amenazadas en su salud por el consumo de agua contaminada con arsénico y flúor. Pero la cifra alcanza fácilmente las 30 mil si suma a quienes habitan San Miguel de Allende, Doctor Mora, Dolores Hidalgo, San Felipe, San Diego de la Unión y San José Iturbide. Un sinfín de niños, mujeres y hombres de todas las edades que buscan alternativas para escapar del cáncer y de padecimientos renales provocados por utilizar en su vida diaria el recurso extraído de los tres mil pozos profundos que existen en la Cuenca de la Independencia, denominada por las autoridades estatales y federales como Cuenca Alta del Laja.
Estas son algunos de los datos que les fueron compartidos a alrededor de cien asistentes al taller Nuestro Acuífero. ¿Qué agua tomamos? ¿Podemos hacer algo?, impartido este fin de semana por el doctor Marcos Adrián Ortega Guerrero, investigador del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla, Querétaro, y organizado por el padre Juan Carlos Zesati en el centro comunitario de San Cayetano, aledaño al templo del que es responsable, del mismo nombre y construido en terrenos que décadas atrás fueron parte de la Hacienda de Jesús.
En tiempos complejos como los que viven, ponentes y participantes expresaron lo mismo preocupaciones que alternativas para enfrentar la situación. Por ejemplo, organizar otro taller para fabricar filtros de arsénico y la forma segura de deshacerse de sus residuos, que con asesoría de Ortega Guerrero son efectivos y con costos que no superan los 200 pesos; cursos para elaborar pastas dentales que no contengan flúor y blanqueen los dientes; capacitarse en eco-tecnología para capturar agua de lluvia, lo que permitiría a las comunidades contar con agua de buena calidad; y construir cisternas en las escuelas.
Lucha, Carmela y Teresa, todas integrantes de la Coalición en Defensa de la Cuenca de la Independencia (Codecin) son activas participantes de las acciones para difundir la problemática y sobre todo de las acciones para hacerle frente. Codecin ha tenido desde hace varios años una importante participación en el tema, incluso presentaron desde hace dos años una denuncia ante el Tribunal Permanente de los Pueblos por la violación al derecho humano de contar con agua de calidad.
El Salitre, un caso aparte
De una pareja de esposos que escuchan atentos las propuestas, es la señora la que inquieta levanta la mano cuando el padre Juan Carlos Zesati les pide plantear sus problemas por la contaminación del agua y que expresen las propuestas que tienen para sus comunidades.
“En el Salitre tenemos el problema de la contaminación por abajo, por delante y por detrás”, dice con voz firme. “Nos llega la contaminación por las descargas del Parque Industrial Opción de San José Iturbide, por las descargas de la industria lechera y en el subsuelo por el flúor y arsénico. La verdad queremos que nos digan qué podemos hacer”. Entonces, de acuerdo con experiencias obtenidas en otras partes del país donde la población se ha unido ante problemas comunes, se habló de que en este caso la vía legal es el camino y que deben integrar un expediente para acudir a la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
El interés por el tema, motivado por los problemas de salud que los acechan, genera también comentarios risueños porque las mujeres se muestran muchísimo más participativas que los hombres. “Nosotras lo sentimos más, somos decididas y ellos ponen puros pretextos”, dice mientras quien la acompaña permanece sentado en su silla.
Hace ya 15 años
El doctor Marcos Adrián Ortega conoce esta parte de Guanajuato desde por lo menos la última década del siglo pasado, cuando inició los estudios para conocer qué tipos y cuántos acuíferos había en la zona, su extensión, profundidad; la calidad, edad y componentes químicos –si los había– de sus aguas. Lo que descubrió es que hay uno solo en el norte y noreste del estado, de arena y grava (conocido como granular), y al que dio por nombre Acuífero de la Independencia, como en consecuencia denominó a esta cuenca.
Los primeros resultados los dio a conocer en el año 2000, cuando terminaba el sexenio como gobernador el fallecido Ramón Martín Huerta e iniciaba el mandato de Juan Carlos Romero Hicks.
Entrevistado en un receso del encuentro, Marcos Adrián comenta que en aquellos años se detectó que el área de donde se extraía agua con arsénico y flúor era de 500 kilómetros cuadrados, que abarcaban los municipios de San Luis de la Paz, San Diego de la Unión, Doctor Mora, San José Iturbide y San Miguel de Allende, pero con las actualizaciones que se han realizado hoy se ha comprobado que “la contaminación ya se extendió a Dolores Hidalgo, que no tenía el problema”.
Recuerda que desde entonces la UNAM ha impartido tres diplomados, el último precisamente en Dolores Hidalgo a cerca de cien personas en 2009-2010. Lo que se pretende es concientizar a la población, de llegar a la gente y sobre todo tomar acciones organizadas desde el ámbito de la sociedad civil, con el fin de presionar a las autoridades para que cumplan con sus funciones.
Porque desde “que se presentaron los primeros resultados (del estudio) las autoridades no lo han querido reconocer, a pesar de que hay todas las evidencias”. Son las propias “comunidades las que están encontrando los caminos para resolver el problema. Se trata de contactar a algunas autoridades con asociaciones no gubernamentales para tomar iniciativas. Así es como ha ido caminando. Y, bueno, la concientización. Por ejemplo, ahorita el padre Juan Carlos, que tiene contacto con todas estas comunidades y que él ha visto el problema de manera directa, pues tiene ya la iniciativa de organizar este tipo de eventos” donde participan gente de todas las edades.
Por eso es que la UNAM continúa sus investigaciones, “se siguen tomando muestras, se siguen haciendo análisis. Nosotros seguimos trabajando (…) Lo que presentamos el año pasado en un congreso internacional es que esta cuenca no es sustentable. Se maneja el concepto de sustentabilidad, pero ya hemos mostrado que no lo es.
La corrupción
Ahora, añade Marcos Adrián, “es muy evidente que hay muchos intereses en esta cuenca. Muy claro… por ejemplo, separan la cuenca del Alto Río Laja, la dividen con la cuenca cerrada de Laguna Seca, que ni es cuenca cerrada, ni lo ha sido ni lo será. Es que hay intereses muy fuertes”, razones políticas y económicas. “Aceptó la Comisión Nacional del Agua que la división que ellos tienen es administrativa, no real, que ya es ganancia. Pero eso no elimina el problema de raíz, porque el hecho de dividir administrativamente propicia que se extraiga más y más agua. El problema es que está sobre-concesionada el agua superficial y subterránea en este estado. Estamos hablando que la mitad de las obras de captación de agua superficial y de pozos jamás se debió haber construido. ¿Qué hay detrás de eso?”.
El investigador recuerda que en el año 2004 un legislador queretano llevó el tema al Senado de la República, donde se llevó a cabo una sesión en la que estuvieron presentes los titulares de la Semarnat, Sagarpa, Profepa, CNA y otras dependencias estatales. Los expertos de la UNAM, él incluido, expusieron el problema y los senadores y funcionarios dijeron: “¿Y esto por qué? ¿Por qué esta crisis? ¿Por qué esta situación tan grave? Y salió el tema de la corrupción. Está documentado, está incluso en las gacetas parlamentarias. Ahí se trató el tema. Llamaron a rendir cuentas a la CNA porque se detectó que había una profunda corrupción. Imagínense ustedes el negocio que hay detrás. En la cuenca hay cerca de tres mil pozos actualmente y la mitad no debieron construirse ni haberse concesionado. Estamos hablando de mil 500 pozos… ¿Ustedes saben qué hay detrás del negocio de mil 500 pozos? En equipos, permisos, en perforaciones, etcétera… Ese fue un problema que se presentó. Se hizo una mesa de trabajo para ver el tema de la corrupción en la CNA.
“Bueno, no soy experto en cuestiones políticas ni quiero estar involucrado, pero hay personas que señalan perfectamente a ciertos grupos, muy especiales, y el principal negocio que hay en esta cuenca es la agroexportación. Se está exportando agua gratuita a Estados Unidos, Canadá y Europa. Agua que va en la alfalfa, en el brócoli, en las hortalizas. Se está regalando el agua con todos los aspectos negativos que deja la explotación excesiva. El que estén enfermando miles de personas en esta cuenca, pues es consecuencia de ese abuso en la extracción del agua que favorece a unos pocos. Esa es la conclusión que dimos en 2000 y que sigue siendo vigente”.
Rebasadas
Respecto a un registro oficial sobre las personas en riesgo o que han enfermado por consumir agua contaminada con arsénico y flúor, dice que no existe. Son las organizaciones civiles las que hacen ese trabajo. Por ejemplo, del diplomado que impartió en Dolores Hidalgo nació Codecin, que hace dos años denunció la situación ante el Tribunal Permanente de los Pueblos.
“Esos son avances muy importantes. La participación del padre Raúl Vera, del padre Juan Carlos, muestra que ya hay otro nivel. El hecho de que la Iglesia (católica) ya esté preocupada indica que es una realidad que está afectando la salud de las personas, que son derechos fundamentales y que además está teniendo repercusiones muy importantes.
– ¿La respuesta no viene de los gobiernos sino de la misma población?
Es la sociedad la que está informada y más que eso, es una sociedad que vive el problema. No estamos hablando de algo que sea teórico, sino de una realidad donde hay miles de personas enfermas, afectadas por el consumo de agua contaminada, propiciada por la extracción excesiva del acuífero. Esa es una realidad que no se va a poder esconder y que cada vez va a ser más grave. En ese sentido, (son las autoridades) quienes no hicieron caso hace 15 años”.
Al poner como ejemplo el caso de las personas muertas por cáncer de pleura en la comunidad de Tierra Blanca en San Miguel de Allende, considera que “es claro que las autoridades no van a reconocer este problema. Por varias razones: porque están sobrepasadas, porque enfrentarse a la solución es destapar muchísimas cosas”.
Fácil, 30 mil
El padre Juan Carlos Zesati se une a la plática. Cuenta que llegó a San Cayetano hace dos años con la idea de dar a conocer la pastoral social. “A raíz de eso conocí a Cedesa, que está en Dolores Hidalgo, lo que a su vez me permitió conocer más a fondo el problema. Luego se empezaron a hacer estudios de algunos pozos de aquí, que corroboraron los niveles de contaminación. Y entonces dije: ¡ah, caray! No es nomás que dicen que dijeron, sino que sí es así.
“Lo que creo es que la fe tiene que ver con la realidad. Por ejemplo, hay que ver cuál es nuestra realidad, nuestros problemas y así tenemos que aplicar el compromiso (…) Hay personas que a lo mejor tienen el pozo y ese pozo le abastece a 20 comunidades. El problema de la contaminación, nada más de las comunidades que me tocan a mí, afecta a tres o cuatro mil personas directamente. Y yo abarco un pedazo, pero en todo San Luis son fácil diez mil”.
Marcos Adrián Ortega y el cura hacen cuentas: “En San Miguel de Allende son alrededor de ocho mil y sumando los diferentes municipios, son alrededor de 30 mil”.
Para ponerte un ejemplo, agrega Juan Carlos Zesati, “en Pozo Hondo que es una comunidad que me toca indirectamente, ahí el pozo está contaminado. En lo que es el pueblo deben ser unas 800 familias y ese pozo le ha de surtir a diez comunidades más. Entonces nada más de un pozo estás hablando de eso, pues, de más de dos mil 500 personas. El pozo de La Onza, que es un ranchito minúsculo, les surte a otras veinte comunidades. Y vas sumándole, sumándole…
“Tenemos un problema que no se va a ver inmediatamente. No es lo mismo lo que pasó aquí en la carretera (federal 57) donde se mató gente hace poquito porque los baches duraron varios meses… entonces cuando se mueren tan rápido, pues los tienen que tapar por la presión, ¿verdad? Y esto, a alguien que le vaya a dar cáncer por el arsénico va a tardar años, vemos las consecuencias pero después de un plazo largo y entonces no hay la presión.
“Luego es un problema que afecta a las comunidades rurales más que a las ciudades. Y las comunidades rurales son menos importantes políticamente, o sea, no son tan llamativas, tan redituables. A lo mejor pueda ser poca gente, digamos una comunidad de 20 familias que no cuenta en ese sentido, que no es de interés. Después viene el otro tema que es más de fondo: ¿por qué se han hecho tantos pozos? ¿Por qué se ha dado el permiso de hacer tantos pozos? Por intereses, por dinero. Mira, una persona me decía: ‘ve, ahí tengo mi pozo’. ¿Y cómo le hiciste? ‘Uh, no hay nada que con 15 mil pesos no arregle’. Ahí está el fondo, ¿no? Hay intereses económicos.
“Creo que Dolores Hidalgo es de los lugares de la República con más diálisis, tiene muchos problemas renales. ¿De dónde viene? Está muy asociado al agua y está generando costos muy altos a nivel de gasto público. No es lo mismo limpiar el agua, que es difícil, que tratar a alguien que tiene cáncer o que necesita diálisis, ¿verdad? Ya son costos mucho más altos. Es una falta de visión y no solamente de un funcionario en concreto, sino de la sociedad, de que estamos aquí para cuidar lo que dios nos dio y darlo para la siguiente generación. No nos podemos acabar el agua, decir de repente que ya se acabó nuestro acuífero, que se acabó el vaso”.
A pregunta expresa, responde que el problema es “la estructura que tenemos, de que obviamente hay personas detrás alimentando ese sistema que genera injusticias como las que estamos viviendo. ¿Y por qué genera esas injusticias?, porque estamos haciendo del agua un producto comercializable como cualquier otro, no un derecho humano como está reconocido por la ONU, y aunque no lo reconociera la ONU, lo es, lo necesitamos para vivir. Entonces es un sistema que promueve el poder explotar lo que sea si se gana dinero. Es el tema de la corrupción, que está ahí detrás”.
¿Qué tipo de corrupción?
Como el que te decía, si con dinero puedes hacer un pozo, pues te estás acabando el acuífero. Sobre todo eso, o sea, el poder mover decisiones políticas no para el bien común sino para intereses individuales. Esa sería la corrupción.
Vida en comunidad
Juan Carlos Zesati suena convencido cuando afirma que lo más importante es la gente y, también, generar cohesión, unión, el interés, el compromiso y acuerdos. “No es anda fácil, pero hay que luchar por eso. Y sí, cada vez hay más interés en esto. Que haya venido tanta gente (al taller) es una señal. Poquito a poquito se va a avanzado. Esos pasos pequeños son los más importantes, no como dicen una llamarada de petate, no un fuego de artificio. De hecho, participar es un deber de nosotros como ciudadanos. Y lo diría, también como cristianos porque si no participamos, que eso incluye organizarnos, entonces de nada sirve quejarnos. Si empezamos a participar vamos a empezar a cambiar esas estructuras, ese sistema. Va a cambiar en la medida que seamos críticos con ese sistema, con lo que estamos haciendo y que empecemos a actuar, a comprometernos, a unirnos (…) Lo que hay que lograr es caminar todos juntos en bien de todos, cada quien poniendo de su parte. La gente empieza a tejer comunidad, es lento, pero empieza a tomar conciencia, a tener espacios de reflexión, de conocer su realidad, de asumir sus compromisos. Ese no estar solos empieza a nivel comunitario.
1 Comentario
Guanajuato el estado más perforado de la República Mexicana.Que pena que los gobiernos Municipales de la región,los gobiernos estatal y federal,así como la Secretaría de Salud permanezcan indiferentes a una situación tan grave.Urge que el poder legislativo tome cartas en el asunto así como también la CNDH.
Aún con la problemática presente y que hay un decreto de veda por parte de Conagua Porqué permiten que la empresa Mission Hills ubicada en San José Iturbide,este perforando un nuevo pozo¿.BASTA DE TANTA CORRUPCION E IMPUNIDAD.