Cero golpes: 100 ideas para la erradicación del maltrato infantil

Raúl Muñiz Torres / SomosMass99

León, Gto. / 20 de agosto de 2014

“Vox populi, vox dei”, es una expresión en latín que significa: “La voz del pueblo, es la voz de Dios”. Pero tal agudeza verbal del antiguo latín, no siempre es recomendable y para el arte de la educación, menos.

Los dictados culturales, las tradiciones, las costumbres de entornos sociales particulares, esa voz popular, han hecho mella por generaciones en la salud física y mental de los niños y niñas y en esa pertinaz forma de actuar, los padres de familia han equivocado el camino cuando consideran que golpear a sus hijos, puede ser un recurso educativo perfectamente adecuado.

Gaudi Rodríguez Juárez, psicólogo clínico y psicoterapeuta experto en educación infantil, ha escrito un libro que debe resultar fundamental para entender que los golpes como recurso educacional no son opción.

En Cero golpes. 100 ideas para la erradicación del maltrato infantil (PEA, 2014) se apunta desde su parte introductoria, que los golpes son un serio problema “porque unos padres que inician la crianza con dicha idea, además de darle vigencia, se verán tentados a utilizarla de manera indiscriminada y, entonces, lo único que harán será pensar en el tipo de intensidad del golpe que utilizarán la próxima ocasión, iniciando así una lamentable escalada de violencia”.

Dividido en tres partes, Cero golpes se acerca al estudio del castigo corporal, las alternativas para el buen trato y las medidas para la prevención, protección y cuidado de los niños.

Con un trabajo sin interrupción desde 1997 en la atención de niños, niñas y adolescentes en situación de maltrato, Rodríguez Juárez advierte sin embargo que el libro que ha puesto a disposición de los padres de familia, maestros y público en general, quizá no pueda ser leído por todos porque estas 100 ideas para la erradicación de la violencia infantil, sólo podrán ser vistas con claridad si se es una persona comprensiva y responsable porque es probable que en sus páginas, veamos a “nuestro niño interior herido”.

Y así es, porque a lo largo de las 235 páginas de la edición, Gaudi Rodríguez plasma en un lenguaje sencillo pero contundente, casos y recomendaciones que nos puede ayudar a convertirnos en padres más responsables y humanos, pero también, en dichas situaciones descritas, el recuerdo de lo que fuimos como infantes, puede venir a nuestra memoria, por ello, apunta Gaudi, no se trata de juzgar “porque no existe una padre o madre, que pueda ser accesible emocionalmente hablando, todo el tiempo”.

Marco Aurelio dijo que “los hombres han nacido los unos para los otros; edúcalos o padécelos” y pareciera que la historia de la humanidad no ha logrado comprender a cabalidad la expresión anterior, la sinergia en sentido negativo, ha permeado las posibilidades paternas y maternas que no encuentran más allá de los golpes una mejor opción para hacerse entender con sus vástagos.

No sin razón, Gaudi Rodríguez Juárez cita al experto Paulo Sérgio Pinheiro cuando este dijo en un discurso en Panamá que “los niños están hartos de ser considerados el futuro, ellos quieren vivir en un mundo sin violencia en el presente”.

Y en Cero golpes, Gaudi Rodríguez escribe: “dejar mejores personas para este mundo es nuestra tarea contemporánea. Y el buen trato, es la asignatura básica para tal fin. Porque los niños bien tratados son los más aptos para ser los mejores hombres”.

En su obra, Rodríguez Juárez lanza una reflexión contundente: un niño se humaniza cuando se calma su dolor, se respetan sus sueños y fantasías y se cuida su proceso de desarrollo y maduración; cuando se le permite “jugar por jugar, sin tener que morir o matar, como canta el poeta Joaquín Sabina”.

Editado por Producciones Educación Aplicada, Cero golpes.100 ideas para erradicar la violencia infantil, es un libro que podrá ser abordado obviamente por quienes son ya padres y madres de familia, por educadores que pretenden entender mejor a sus alumnos, por los miembros de las familias extendidas que necesitan comprender el entorno de su propio clan familiar y sí, por aquellas personas que fueron heridas, que desean ser padres, pero no quieren repetir el esquema de su historia.

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