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Tanya Wadhwa / Internacionalista 360º
Jueves 14 de septiembre de 2023
El presidente colombiano, Gustavo Petro, y el presidente mexicano, AMLO, condenaron la guerra militarizada contra las drogas de Estados Unidos, y llamaron a una nueva política internacional antidrogas desde una visión no militarista, que promueva la justicia social y la atención a las causas profundas.
La Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas: por la vida, la paz y el desarrollo, encabezada por el presidente colombiano Gustavo Petro y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se llevó a cabo en la ciudad colombiana de Cali entre el 7 y 9 de septiembre. Representantes de 19 países de la región se reunieron para discutir propuestas para abordar los temas relacionados con el consumo y el tráfico de drogas en la región.
Según la Cancillería colombiana, la conferencia tuvo como objetivo construir discusiones hacia una nueva política de drogas que atienda realidades como la drogadicción y sobredosis, el narcotráfico, los enfoques ancestrales y los usos tradicionales de plantas como la coca. Fue la primera de muchas reuniones intergubernamentales y foros temáticos que se llevarán a cabo en los próximos años, junto con diálogos con la sociedad civil para promover la justicia social, el desarrollo integral, la atención a las causas profundas y el análisis de políticas del crimen organizado transnacional en la región.
El presidente colombiano Petro y el presidente mexicano AMLO, que asistieron a la ceremonia de clausura de la conferencia, condenaron la guerra contra las drogas promovida en la región por sucesivos gobiernos de Estados Unidos y apoyada por la UE y la ONU, y pidieron una nueva política internacional antidrogas.
El presidente Petro dijo que la región ha sido víctima, no victimaria, de la fallida guerra contra las drogas, que en las últimas cinco décadas ha dejado un millón de muertos, mientras 10 millones de personas han sido detenidas en EE.UU. por delitos vinculados a las drogas. , particularmente los negros y latinos. Señaló que el continente viene cumpliendo las directrices dictadas por EE.UU. sin cuestionarlas, y destacó que hay que detenerse ahora.
“La llamada guerra contra las drogas ha fracasado, es inútil. Si seguimos [con esto] solo sumaremos otro millón de muertes en América Latina, y tendremos más estados fallidos y tal vez [habrá] la muerte de la democracia”, advirtió Petro.
En este sentido, propuso una alianza entre los países de América Latina y el Caribe para traer una voz unificada a la lucha contra el narcotráfico, reconociendo el consumo de drogas como un problema de salud pública en lugar de enfrentarlo con un fallido enfoque militarizado.
“Lo que propongo es tener una voz diferente y unificada que defienda nuestra sociedad, nuestro futuro y nuestra historia y deje de repetir un discurso fallido… Es hora de reconstruir la esperanza y no repetir las guerras sangrientas y feroces, que ven a las drogas como un arma militar. problema y no como un problema de salud para la sociedad”, dijo Petro.
Propuso enfrentar el problema profundizando la democracia y abordando las causas estructurales: desigualdad, pobreza, falta de oportunidades y violencia.
El presidente AMLO secundó la opinión de su homólogo colombiano. “Creo que lo fundamental para enfrentar el flagelo de la drogadicción y la violencia es abordar las causas, con un nuevo criterio, no pensar sólo en medidas coercitivas”, dijo AMLO.
Enfatizó en la necesidad de abordar el problema con un enfoque humanista y agregó que luchará contra el tráfico de fentanilo cuyo consumo en Estados Unidos deja más de 100.000 jóvenes muertos cada año. Abogó por que se debe brindar a los jóvenes oportunidades de empleo, buenos salarios, educación universitaria gratuita y otros tipos de motivación.
Los dirigentes se comprometieron a abordar los problemas relacionados con las drogas desde una visión no militarista, sino de atención a las causas, promoción de políticas sociales, cuidado del medio ambiente y enfoque en combatir la demanda antes que la oferta. Saludaron los compromisos firmados por los representantes al final de la conferencia.
Los países participantes en la conferencia se comprometieron en una declaración conjunta a abordar el problema mundial de las drogas de una manera “integral, multidisciplinaria, equilibrada, integral, basada en evidencia y eficaz, lo que requiere abordar las causas estructurales”.
También coincidieron en la necesidad de romper los vínculos dañinos entre el tráfico de drogas y armas de fuego, el crimen organizado transnacional, la tala ilegal, la trata de personas, el tráfico de migrantes, el lavado de dinero y la corrupción.
Países latinoamericanos como Colombia, Ecuador, Perú y México enfrentan una violencia persistente resultante del tráfico de drogas y la presencia de cárteles. La violencia relacionada con las drogas se ha convertido en un problema social importante en estos y sus países vecinos.
La conferencia les brindó un espacio común para trabajar juntos en el diálogo en materia de drogas. Según información de la Cancillería colombiana, representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, asistieron a la conferencia.
Imagen: El presidente colombiano Gustavo Petro y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pidieron el 9 de septiembre una nueva política internacional antidrogas, condenando la guerra de Estados Unidos contra las drogas. | Foto: Gustavo Petro / X.
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