SOMOSMASS99
Oscar Alzaga*
Viernes 16 de diciembre de 2022
“Quien ignora la historia patria es un extranjero en su tierra… quien ignora el deber patrio es extranjero en la humanidad”.
– Alfonso Reyes. Cartilla moral. 1944.
A casi 4 años de la nueva Ley Federal de Trabajo (LFT) de 2019 sigue sin aplicarse, hasta ahora ha quedado en el papel por la falta de autoridad y tribunales que cumplan con su obligación de cumplir y hacer cumplir la Ley, de dar acceso a la justicia a los trabajadores y sindicatos. En el caso de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, el principal tribunal del país en materia laboral, hasta hoy la corrupción de los sexenios pasados sigue intacta y favorable a la patronal. Arturo Alcalde optó en 2018 por dejarla igual que antes. Igual camino siguieron las juntas estatales.
La CTM, las centrales y la mayoría de los sindicatos nacionales siguen eligiendo o reeligiendo a sus líderes a espaladas de las y los trabajadores. Pactan y negocian los contratos colectivos de trabajo (CCT) y las condiciones generales de trabajo (CGT), a espaldas de los titulares de los pactos colectivos: la mayoría de las y los trabajadores. Como en los tiempos del PRI. Los asuntos colectivos más importantes los evade la titular de la STPS: como fue en GM al dejar a Tereso Medina hacer su regalada gana; igual en la elección de petroleros, dejó a los charros hacer su regalada gana. Ella es más comentarista de la vida laboral que autoridad.
La misma suerte corrieron los estatutos sindicales (su ley interna). La mayoría de las organizaciones siguen con los anteriores estatutos “charros y patronales”, porque la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) permitió la vil simulación de que cada sindicato prometiera a la STPS el cambio de estatutos, a futuro.
La realidad es que la libertad sindical sigue siendo ajena a la gran mayoría de sindicatos, seguimos como antes, y la STPS le echa la culpa a los trabajadores: “no han aprovechado las nuevas leyes favorables de la libertad sindical”. Como si los tribunales y autoridades ayudaran a su aplicación. Cuando es todo lo contrario.
Sumemos los 36 años de neoliberalismo, de 1982 a 2018, con gobiernos serviles a los patrones, que dañaron al extremo los derechos e intereses laborales obreros y de su organización, única defensa y presión obrera, al casi desaparecer los auténticos sindicatos y bajar su membresía, al volver los contratos colectivos en otros de protección patronal y en los hechos casi liquidar las huelgas. ¿Cuántas huelgas van en el siglo XXI? El neoliberalismo dejó un movimiento obrero sin derechos, sin fuerza y conformista. Junto al desinterés de los gobernantes y funcionarios en el mundo laboral, ¿cuántos políticos siguen protegiendo el viejo sindicalismo en las principales secretarías y empresa públicas? ¿Cuántos candidatos incluyen en sus proyectos de gobierno el tema laboral y de libertad sindical? Hoy, ninguno de los tres candidatos de Morena.
Cuatro años después del nuevo gobierno son varias las leyes de la más alta jerarquía las que protegen y velan por los derechos de libertad sindical, pero muy pocas se aplican y nada hace la STPS, la más importante autoridad laboral. Otros ejemplos: las legitimaciones de los CCT apenas abarcan el 2% del total de 500 mil CCT, y los nuevos Tribunales Judiciales apenas inician sus funciones, igual que los Centros Conciliadores federales y estatales. Son proyectos a futuro. Así, para 2024 seguirán siendo buenos deseos los de la libertad sindical, no realidades.
En cambio, las juntas, federal y estatales, están atiborradas de asuntos. La Federal, con 500 mil -individuales y colectivos-; la Junta Local de la CDMX tiene más de 130 mil expedientes individuales y colectivos. Las juntas ya no reciben asuntos nuevos, éstos van a los tribunales judiciales, solo atienden asuntos del pasado, pero son cerca del 95% del total y los nuevos tribunales no llegan al 5%.
Sin embargo, por el mal manejo del presupuesto, los tribunales del trabajo están en crisis en todo el país: se recortó el presupuesto de las juntas, lo que provocó despidos de personal jurídico y administrativo; cierran algunas Juntas Especiales y trasladan expedientes de unas juntas a otras, deteriorando más el servicio de acceso a la justicia. Se está privilegiando lo nuevo y castigando a los viejos asuntos, causando un severo daño a los trabajadores. Si ya esos asuntos estaban atrasados, ahora es peor. Este problema lo crearon los que proyectaron la reforma laboral en 2019: la STPS y la Secretaría de Hacienda.
La Constitución establece: “Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial”. (Art. 17). “Los titulares de los poderes ejecutivos de las entidades federativas están obligados a publicar y hacer cumplir las leyes federales”. (Art.122). Y desde la reforma Constitucional de 2017 en materia de Libertad Sindical y de Tribunales de Justicia Laboral, pues las juntas federal y estatales son dependientes del ejecutivo -federal y estatal-, “son sustituidas por “tribunales del Poder Judicial de la Federación o de las entidades federativas…”. Y “los Centros de Conciliación especializados e imparciales…contará(n)… (con) plena autonomía, operativa, presupuestaria, de decisión y de gestión”. (Art. 123, fracción XX).
Lo que no ocurre ni cuenta con autonomía, ya que el titular del Centro Federal de Conciliación antes fue el subsecretario de la STPS, y antes fue abogado del despacho de Arturo Alcalde, siendo este y Luisa Alcalde, quienes tienen el control y freno de la STPS, la Junta Federal y el Centro Federal de Conciliación.
El Tratado Internacional del T-MEC, capítulo 23 laboral, de rango Constitucional, se incumple por México en cuanto a aplicar la libertad sindical, al grado de que se tuvo que crear el “Mecanismo de respuesta rápida”, ante la falta de aplicación de los acuerdos del T-MEC, de sus artículos 23.2, 23.3, 23.5, los relativos a la libertad sindical, como es la: Declaración de Compromiso Compartido, art. 23.2: 2. “Las partes reconocen el importante papel de la organización de trabajadores y empleadores en la protección de sus derechos laborales internacionalmente reconocidos”. Art. 23.3. Derechos laborales, a) “La libertad de asociación y el derecho efectivo de negociación colectiva”. Art. 23.5 Aplicación de las leyes laborales. 1.- “Ninguna parte dejará de aplicar sus leyes laborales”. 2.- “Cada parte promoverá el cumplimiento de las leyes laborales a través de (8) medidas gubernamentales adecuadas”.
Los asuntos de sindicatos independientes contra la CTM parecen ser los únicos que quieren el cambio, son los que no puede resolver la STPS y por eso los atiende “El Mecanismo de Respuesta Rápida”, como: General Motors de Silao, Tridonex de Matamoros, Panasonic Automotive de Reynosa, Teksid de Hierro de Frontera, V U Manufacturing de Piedras Negras. Muy pocos. Todos esos casos los pierde la CTM con los independientes. Como fue igual la demanda de titularidad del CCT de Mazda de 2022, que la perdió por votación la CTM con la CATEM, igual de charros, unos del pasado y otros de ahora.
Otro caso importante es el de los sindicatos minoritarios que surgieron por la reforma de 2019 en grandes secretarías, dependencias, empresas públicas, etc. Junto a los sindicatos mayoritarios, a los que las autoridades de esas secretarias ilegalmente dan preferencia, sin apegarse a la Ley nacional e internacional que establecen el principio de que todos los trabajadores son iguales ante la Ley, o como lo establece la LFT: todos los trabajadores de base tienen los mismos derechos al escalafón, al descuento de cuotas sindicales, a los permisos con o sin goce de salario, sean de otro sindicato o no, etc. El único derecho no compartido es el de la titularidad del CCT o las CGT, es exclusivo del sindicato mayoritario. Incluso la Suprema Corte de Justicia ha emitido jurisprudencias a favor de la libertad sindical y de los sindicatos minoritarios. Pero las autoridades de gobierno no las cumplen ni las aplican.
¿Se podrá resolver esta crisis múltiple de justicia laboral y libertad sindical?
Estos temas no han interesado mucho a la 4T, ni a Morena ni a funcionarios, menos a la derecha. El presidente AMLO ha cuidado los salarios mínimos, pero no los contractuales –que abarcan a la mayoría- y sigue operando el tope salarial. Se ataca la corrupción, pero no todos siguen los mismos pasos que AMLO, muy tarde lo intentan el poder judicial y el legislativo. Se llevó a cabo la reforma laboral de 1919, pero no se promovió ni difundió entre los trabajadores y sindicatos, los interesados y titulares de esos derechos.
Los sindicatos son para proteger los derechos laborales reconocidos o no son sindicatos, pues no sirven para nada. Por eso tienen que ser sindicatos de lucha, para defender su independencia y no dejar que nadie la obstruya, intervenga o destroce; serán así para defender sus derechos adquiridos y no permitir que retrocedan o se pierdan. Los derechos no son ni serán regresivos, ni en la Ley, ni en los contratos colectivos ni los individuales.
Llegamos al cambio con AMLO después de retroceder de 1982 a 2018, en los años en que se incumplió con la Constitución y sus leyes, de facto y de jure, con reformas laborales regresivas como la de 2012 del PAN y PRI, o con cambios de hecho, como los CCT de protección patronal o con sindicatos subordinados al patrón, al gobierno o a partidos, por lo que no son independientes, ni libres
En la historia, después de los grandes logros de la Revolución: de tirar al dictador, destruir su ejército, cambiar la economía, forjar la Constitución Social, etc. El país entró en crisis con la reelección de Obregón en 1928, con el Maximato de Calles que ponía y quitaba presidentes de 1928 a 1934, con el freno de Estados Unidos a la soberanía nacional y el avance de los empresarios y la derecha, que juntos desvirtuaban la Revolución. Todo lo cual se agudizó con la crisis de 1929.
La llegada de Cárdenas en 1934 a la presidencia era amenazada por el Maximato, por EUA, los empresarios y la derecha. Por lo cual Cárdenas promovió desde la campaña electoral la organización y unidad de los obreros, campesinos, maestros, empleados públicos e indígenas; promovió la reforma educativa y la cultural, el combate al analfabetismo y la discriminación. Poniendo el énfasis en la organización obrera y cumplimiento con la justicia laboral. Así en 4 años, de 1935 a 1938, hubo más huelgas que en toda la historia, no solo por la gran cantidad, como sobre todo por la calidad y trascendencia de las luchas.
Si algo caracterizó el cardenismo fue la intensa lucha de clases que promovió, sus llamados permanentes a la organización sindical, a la unidad y la lucha, el respaldo que los tribunales dieron a los obreros, campesinos, jornaleros y maestros. Logran que la sindicalización obrera suba el 300% en el sexenio, de 300 mil en 1934 a 900 mil en 1940; logran la firma de la mayoría de los CCT de calidad, como del SME, ferroviarios, petroleros, mineros y otros; logran la reforma agraria más importante de América con las luchas de la Comarca Lagunera, de los jornaleros del henequén de Yucatán, los campesinos de Michoacán, Sonora y otros estados. Los empleados públicos, encabezados por el magisterio, logran mejorar sus derechos en el Estatuto de los Trabajadores al Servicio de los Poderes de la Unión, de 1938.
En 1935 Calles y los empresarios se opusieron a las huelgas y a Cárdenas pero la fuerza obrera creció, lo mismo que la campesina en las luchas de 1936, siendo derrotados Calles y sus seguidores. En 1936 la patronal de Monterrey, en contra de la Huelga de la Vidriera -y de Cárdenas-, paraliza 3 días todo Monterrey; Cárdenas fue a esa ciudad a defender los derechos obreros, advirtiendo a los patrones que si no abren las empresas, entonces los obreros y el gobierno las tomarán y las pondrán a trabajar. Inmediatamente levantaron el paro patronal. En 1938 y años siguientes el enfrentamiento fue con las empresas más poderosas del mundo, las petroleras Standar Oil, yanqui, y la Royal Dutch, inglesa-holandesa.
A la vuelta estaba la Segunda Guerra y el valor del petróleo era estratégico para ganarla o perderla. En estos tres episodios de 1935, 1936 y 1938 el papel obrero fue central. La expropiación petrolera sienta sus bases de 1933 a 1937 por los petroleros y sus luchas, pero el decreto expropiatorio de 1938 y los años 1939 y 1940 son de Lázaro Cárdenas. Ninguna gran obra de Cárdenas se realizó sin la participación y lucha sindical: la reforma educativa, la nacionalización del ferrocarril, la creación de la CFE, la reforma agraria; surge en 1935 el Comité Nacional de Defensa Proletaria y en 1936 se transforma en CTM, la que en 1937 organiza las centrales de Nuestra América y, en 1938, la Confederación de Trabajadores de América Latina, la CTAL.
Nada más creativo que las luchas obreras, campesinas, jornaleras, las cooperativas y del magisterio; acercarnos a la organización nacional del sindicato ferroviario de 1929 a 1933, y ver cómo éstos apoyan la organización de los mineros en 1934 y en 1935 del sindicato petrolero y otros. Esa unidad en la acción da mejores frutos que la unidad burocrática o la de los líderes, desvinculadas ambas de la base. Así como la creación de las cooperativas sindicales:
Año | Cooperativas | Cooperativistas | Capital ($) |
1934 | 778 | 21 762 | 1 523 732 |
1941 | 1 715 | 163 501 | 15 266 272 |
Las cooperativas de capital social de los trabajadores formaban parte de la utopía del general Cárdenas, no obstante fue una realidad con fuerza y perspectivas en 25 años, de 1921 a 1944. Con Miguel Alemán las corrompieron y las reprimieron con “charrazos” junto con los obreros de los sindicatos con más cooperativas: petroleros, mineros, ferroviarios, azucareros, cañeros y otros.
Los estudiosos que han conocido desde lejos las luchas obreras, atribuyen a Cárdenas la movilización de las masas, como si los trabajadores fueran borregos o acarreados. Sin penetrar en la acción obrera. Un extraordinario ejemplo sería la mancuerna organizativa y de conciencias del magisterio y los jornaleros agrícolas de La Comarca Lagunera, de 1936 a 1939. Los estudiosos atribuyen a Cárdenas el éxito de la lucha obrera, no a la lucha obrera regional, nacional e internacional. Destacan las obras de Octavio Paz El Laberinto de la Soledad, de 1949; Lorenzo Meyer La Expropiación petrolera.
Los estudiosos del cardenismo ven la obra del presidente Cárdenas, pero no la obrera, la que surge ellos y desde las bases, de abajo arriba. De 1933 a 1937 la lucha de los petroleros por la expropiación: organizan un solo sindicato que agrupa 19 sindicatitos, en 1935; unificados demandan un solo contrato colectivo en 1936, que fortalece la unidad y la fuerza obrera, llegan a la huelga general petrolera de 1937, sube el tono de la lucha, se hace internacional por el control más importante de la guerra, y así hasta llegar al 18 de marzo de 1938: la soberanía nacional o el poder del capital transnacional. Cuando las empresas extranjeras afirmaron que el gobierno mexicano no podría echar a andar la industria petrolera, ¿quién lo hizo? ¿Quién puso a trabajar la industria petrolera?: ¡los obreros de Pemex!
Un “charrazo” de Miguel Alemán en 1946, ejecutado por el ejército, no pudo liquidar al sindicato independiente y a su directiva, pese a que fueron encarcelados. Tuvo que dar el presidente un segundo “charrazo”, en 1949, para imponer el control del sindicato. De 1946 a 1952, en el sexenio de Miguel Alemán, liquidaron a los sindicatos independientes y democráticos: ferrocarrileros, mineros, magisterio, cañeros, azucareros, textiles, actores, industria cinematográfica y otros. Todavía en el sexenio de Ávila Camacho los sindicatos tenían mucha fuerza y organizan “la segunda ola de huelgas”, de 1943,1944 y 1945, más importante del país.
Sí se puede resolver esta crisis de justicia laboral, si el gobierno de AMLO toma en sus manos una campaña a favor de la libertad sindical, para que los trabajadores y autoridades del trabajo tomen en sus manos el acceso a la justicia laboral, para que se obligue a que se cumpla la Ley. Cumplir y hacer cumplir la ley es una obligación de las autoridades.
* Abogado del Sindicato Minero y la Confederación Internacional de Trabajadores (CIT), miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL), y la Asociación Internacional de Juristas Democráticos (AIJD).
Foto de portada: desInformémonos.
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